Como no fumo, enciendo un crucigrama
lo prendo por una esquina
y se van consumiendo entre llamas las palabras nunca escritas
las que no se dijeron
se van extendiendo las dudas por el papel
y las definiciones se ven ennegrecidas, reducidas a cenizas
y todo pierde su significado.
El olor a papel quemado me recuerda al de tu ausencia,
a esas palabras perdidas
entre el gélido calor de la distancia,
cuando lo homónimo estalla contra sí mismo
y se confunde entre humo, ya no hay papel donde escribir,
donde resolver definiciones que no existen.
¡oh, crucigrama perdido, crucigrama quemado en fuego abrazador!
¿quién podrá resolverte?
Mi pequeña biblioteca de Alejandría, quisiera tenerte.
Y cuando creo todo perdido,
encuentro pequeños trozos de papel, chamuscados
que intento recomponer.
