Sanitariamente me deshice de mi mismo y mi pesar y a la misma vez cargé con tres pesares que apresuraron a existir con el pesar que creí deshecho, pero que seguía conmigo mismo el que siempre seré.
Y ante el no saber que hacer hallome yo entretejiendo sonrisas imaginarias, queriendo fantasmas y subido a un suéter que remata de cabeza a un gol sin tres teniques o con ellos.