lunes, octubre 20, 2008

Probabilidad

Y de nuevo me tienen aquí, expuesto y vulnerable al espacio que se vacía ante mis patas, arrastrándome por el suelo entre hojas de algodón y dispuesto a desechar grietas que me disparan en mil corazones.

Tengo hambre, sed, y sueño, y aún así pareciera que estoy bien. Pero las puertas que se cierran con peligro de trillarte los dedos o darte una trompada en la nariz o las bembas, pero el fechillo que se cierra cerrando el paso mientras el mañana, o el hoy, o que se yo qué tiempo (pero sí persona del verbo), se aleja sobre charcos separados artificiosamente por el día y otros periódicos similares en sustancia.

Y sólo sordera, o silencio, gritos y palabras que no llegan a sonar. Sin una contestación que constate o desconstate, y probablemente estoy repitiendo la misma historia en un ciclo que de nuevo comienza, con soledades reinantes en un disco que ni suena ni se ralla. Traduzco uno y mil nombres y dibujo perfiles de color.

Las vacas hacen muuuuu.

(NOTA: Este, como todos mis escritos, tienen sentido y significado/s concreto/s. De todas maneras fue hecho el 20 de septiembre del año pasado)

miércoles, octubre 15, 2008

Soñar arena



Prendidos a mis manos
quedaron trozos de sol
cada vez más lejanos
atrapados en error.

Y mientras las nadas no esperan
los caminos no se saben tomar
oportuno es abrir puertas
para alejar todo malo tal vez no abrir
y dejar trancada la llavepara que puedan salir
sin que se corten con el sable.

Puesto que a la intemperie no se sabe qué hacer
sólo queda esperar,
soñar arena.