Prendidos a mis manos
quedaron trozos de sol
cada vez más lejanos
atrapados en error.
Y mientras las nadas no esperan
los caminos no se saben tomar
oportuno es abrir puertas
para alejar todo malo tal vez no abrir
y dejar trancada la llavepara que puedan salir
sin que se corten con el sable.
Puesto que a la intemperie no se sabe qué hacer
sólo queda esperar,
soñar arena.
quedaron trozos de sol
cada vez más lejanos
atrapados en error.
Y mientras las nadas no esperan
los caminos no se saben tomar
oportuno es abrir puertas
para alejar todo malo tal vez no abrir
y dejar trancada la llavepara que puedan salir
sin que se corten con el sable.
Puesto que a la intemperie no se sabe qué hacer
sólo queda esperar,
soñar arena.
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