Vivir en la isla, sentado en una piedra, a altura, junto a un risco pero al fondo el mar. En el otro extremo, las verticales paredes de La Caldera de Taburiente, la gigantesca pared, cortada por grises nubes, frontera con el cielo. También el Bejenao con su verde pinar. El Time ocultando poco a poco el sol, la parte iluminada del suelo va retrocediendo en favor de la sombría. Viendo todo esto siendo consciente de estar en una porción del planeta, viendo esto, la tierra y mar, la isla y el mar, es ser más consciente del planeta, es como estar viendo al planeta entero al estar viendo la isla. Dando vueltas y vueltas. Isla-cosmos.
* Nota: No tenía cámara a mano, y ninguna foto del mundo puede sustituir el vivirlo.
* Nota: No tenía cámara a mano, y ninguna foto del mundo puede sustituir el vivirlo.
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