Una de las cosas que más me fascinan es la luna a esas horas de la noche en las que su luz adquiere un tono rojo o naranja intenso, asemejándose a un sol que no alumbra en el oscuro manto de la noche... lástima que la contaminación lumínica de la ciudad impidan ver todo el maravilloso espectáculo de una noche estrellada, por ejemplo. También resulta inquietante pensar que quizás ese tono de color se deba en realidad a la contaminación, esta vez atmosférica.
Este fue un intento fallido de captar la luna con mi cámara de fotos. Sin el zoom sólo se apreciaba un pequeño puntito en el horizonte, y con el zoom todo se desenfocaba. En la realidad era más bonito, es decir, me gustó más el libro que la película. También estaban curiosas las luces de Gran Canaria al fondo, pero en la foto no se ven.
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