miércoles, diciembre 09, 2015

Tractor sonámbulo

Aire intermitente interminable
que la respiración nunca puede abarcar,
en la gloria ausente que palpita en el polvo
agonizante de tanto latir,
rumiando cada cuchillada mental
que suena cual latigazos en el recuerdo,
arrebatando simientes,
manando bilis en su calor,
murmullo que no cesa
cual burbujas de rabia incrustada, agazapada,
arropado en las contradicciones de un tractor sonámbulo.

domingo, julio 12, 2015

A la espera

Elogio de la aflicción
encogida en el alma
hueca de tanto sonámbulo
líquido en la escarcha.

Quizás sea el calor
que carcome las heridas
en el silencio infinito
de los años y la incomprensión.

Me visito a mí mismo
como turista en un país extraño
donde me vuelvo hostil
entre un desierto de muchedumbres
a la espera de que de un grito
que reviente los barrotes de sal
y transite por amplias vías
autopistas diáfanas hacia futuros perfectos,
pero no, no era ese el camino que elegí
y me siendo solo junto a la vía
a la espera que alguien me recoja, me tienda,
me doble cual camisa
y me lleve en su maleta.

domingo, mayo 10, 2015

A veces me siento frágil

En busca inmaterial
de los surcos luminosos
se hace grávido espantoso
el solipsismo local,
lo que dije fue real
en días nacidos muertos
cubrirían mi tormento
si no fuera suave el traje
igual dulce que salvaje
adormecido por cuentos.

El caso es que yo no fui
jamás monstruo de dos ruedas
y yo espera que te espera
y me quedé cuando huí
siendo sólido fluí
hasta quedarme estancado
por sentirme acobardado
siendo objeto de otros dueños
en vez de hundirme en mis sueños
como ya había acordado.

Hay quien diga ¡pues es fácil!
cuando se ve desde el piso,
pero desde ahora aviso
mi paso nunca fue grácil,
y nombro ahora a Dácil
sólo por encontrar rima
que este verso da hasta grima
forzado y hasta pedante
sólo digo en este instante
que a veces me siento frágil.

lunes, abril 06, 2015

Venta de recuerdos

Vendo mis recuerdos a quien los quiera comprar,
así estos transitarán a mi olvido
y otras gentes, a un módico precio,
los adquirirán,
así podrán vivir con recuerdos impostados,
desprovistos de historia
y con pasado falsificado.

Venta de recuerdos, souvenirs,
especulemos con nuestros seres
en tiempos en que todo se mercantiliza.


Rutilante semilla

Rutilante semilla en su carcasa
que nunca descansa
sobresaliendo a lo que vierte en su enredadera
provista de sierpes que la inundan
como clavos en colcha de seda,
como seco polvo en el agua sin ser jamás barro.

lunes, febrero 09, 2015

Niños de la comba

Fuerza del manuscrito y la profecía
que anunciaba desasosiego en el futuro
fue quemando poco lo ya descrito
dibujando esperanzas en lo nuevo por llegar

Se terminará el morir en este limbo
sin el hogar que falta bajo cielos impecables
el nihilismo se disuelve cual sólido en líquido
y la certeza llena de dudas acompaña en el viaje

Niños de la comba
si la tierra pesa
qué hará el pasado intermitente en su belleza
Niños de la comba
si la cintura cesa
qué hará la frente oscura interminable en aspereza

Pasados fuertes como eclipses de oreja
suponen avasallar los cimientos del clavel
formateado el maleables dentaduras
dictadas en crisantemos de oropel.

Y es que llegó la hora de reinventar lo ya inventado
lo de siempre, pero necesario como la miel
planetas horizontales fecundos
inmersos en la simbiosis del filamento del ser.

Niños de la comba
si la tierra pesa
qué hará el pasado intermitente en su belleza
Niños de la comba
si la cintura cesa
qué hará la frente oscura interminable en aspereza.

jueves, enero 29, 2015

Yo soy la ballena

Yo soy la ballena arponeada,
yo soy la ballena agonizante,
yo soy la ballena silenciosa,
la ballena errante.

Yo soy la ballena en la tormenta
que en la calma deja su rastro de sangre
coleccionando arpones seleccionados
por los más reputados inexpertos,
arpones Gran Reserva
clavados en la ballena.

Yo soy la ballena,
la última ballena
en la soledad inmensa
del desierto azul.


martes, enero 06, 2015

Capicúa

CAPICÚA


La costa federal del desconcierto

maquina en la maquila yerma del desamparo

atropellando a gatos y transeúntes

que osaron entrometerse entre la estrella fugaz y la pared

rosada de tanto vomitar esquelas de vivos sin escritorios esdrújulos.