lunes, febrero 28, 2011

Camisas a cuadros


Cuando las camisas a cuadros

se partieron en tres trozos

cada uno de ellos representaba mi gozo.


El tiempo rompía cabezas atravesadas por cristales ciegos

animadas en su silencio recóndito

escondrijo granuja más tierno que el un millo de bimbocao

para la más tierna colección de sorpresas

magnificadas entre tanta misericordia

mía, magnésica, anestésica,

californiana o "hungariana"

en el gueto de cuello largo, cisnes vivos

y asnos muertos, cadáveres podridos

o, para ser pedante, en putrefacción consumada.


Enero de 2011

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