jueves, mayo 17, 2007

El vaso

Disuelto en tu vaso
me ahogo en tormentas de arena,
me vierto en la nada
que acompaña tu cálida ausencia.

Absurdo quehacer el de una gaviota sin pan
que gime y gime el cansancio
que le da el no tener razón para llorar.

Esquivo en el aire
sombras del sueño de nunca
y nunca decido
emprender el viaje en la ruta.

Absurdo quehacer el de un ciempiés cojo
que ladra y ladra como un gato
bañándose en el agua en que me mojo.

16 de mayo de 2007. 11:05 A.M.

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