Vuelta de tuerca que se enrosca en la verticalidad
horizontal de la simiente convidatoria
enarbolada por dualidades unívocas.
De pieles y silencio
en la lente que registra las nubes
(ausentes en un día de calima).
Es necesario romper,
y seguir cayendo por un/el precipio,
al menos el suelo es mullido,
como los leones.
O tal vez simplemente es que hoy es domingo,
si al final va a ser eso.
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